En el episodio
del hierofante ilustré escenas con un poco más de simbolismo en comparación con los otros capítulos.
La historia daba para eso porque el hierofante se pone a hablar sobre el
origen de los primeros seres de esta historia, mitad hombres y mitad dioses.
Como ejemplo, aquí
muestro los bocetos y la ilustración final de la unión entre una quimera y una
de las primeras diosas en el mar. Mientras hacía los bocetos buscaba evitar caer en una
escena grotesca u obvia. Para eso pensé primero en lo sublime de Leda y el
cisne, pero me iba hacia el otro extremo. Terminé intentando hacer una alegoría
del mito de Ofión y Eurínome, aunque no todo es tan lineal, afortunadamente. Ese mito
griego cuenta que Eurínome se transformó en paloma y puso un huevo, al que la
serpiente Ofión rodeaba con su cuerpo para darle calor. Ocurre que los personajes de mi historia son contradictorios,
cuesta dividirlos entre buenos y malos, por eso en la escena final dejé deslizar
alguna versión perdida acerca de la naturaleza de Caín, que según cierta gnosis no
proviene precisamente de Adán como cuentan algunas tradiciones religiosas, sino
de un ser espiritual que convertido en serpiente copuló con Eva y así Caín fue
fecundado. Es decir, un ser superior a Abel, que sí era un mortal, por eso el
cuestionamiento sobre Abel “el bueno” y Caín “el malo”. O dicho de otra manera, sobre el bien y sobre el mal.
Mientras tanto,
para los que no les interesan estas cosas, la aventura sigue su propio rumbo.
El episodio del hierofante.
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